Ortodoncia Invisible

Se deben limpiar los alineadores con agua tibia y un cepillo suave. Existen productos especiales para su limpieza, aunque también es válido enjuagarlos y cepillarlos suavemente todos los días.

No, hay que quitarse los alineadores para comer. Comer con ellos puestos puede dañarlos y mancharlos. Recuerda cepillarte los dientes antes de volver a colocarlos.

Si pierdes un alineador, contacta a tu ortodoncista lo antes posible. Dependiendo de la situación, puede que te indiquen usar el alineador anterior temporalmente o que te proporcionen uno nuevo.

No, hay casos complejos de maloclusión o problemas esqueléticos que pueden requerir tratamientos más tradicionales o combinaciones con otros métodos. Es importante consultar con un ortodoncista para saber si eres un buen candidato.

Hay tratamientos de ortodoncia interceptiva (cuyo objetivo es “interceptar” un problema que se está gestando y que puede desencadenar otros si no se soluciona) y de ortopedia (tiene como objetivo influir en el crecimiento de los huesos que alojan los dientes) que comienzan a edades tempranas, generalmente a partir de los 6 años. La mayoría de los tratamientos de ortodoncia correctiva con aparatología multibrackets comienzan más tarde, sobre los 12 años, cuando ya han erupcionado todos los dientes permanentes. Un tratamiento de ortodoncia se puede llevar a cabo a cualquier edad, no existe límite de edad para corregir una maloclusión (mala mordida).

No. La ortodoncia no daña los dientes, pero la placa bacteriana sí. Si durante el tratamiento no la higiene es deficiente y no se siguen las indicaciones ni se acude a las citas de control hay riesgo de que el esmalte sufra descalcificaciones, de que aparezcan caries o de que se inflamen las encías (gingivitis). Por ello insistimos tanto y dedicamos tanto tiempo a las instrucciones y controles de higiene. En los casos en los que el esmalte ya presenta descalcificaciones antes del tratamiento de ortodoncia, están especialmente indicados los aparatos invisibles o de ortodoncia lingual, ya que se los primeros facilitan la higiene y los segundos reducen el riesgo de descalcificaciones.